En el mundo son muchas las personas que experimentan temores, quién en su vida no se pego un susto por alguna experiencia, pero imagínate que experimentes miedo intenso que se suscite sin un elemento activador aparente y, más aun, tener que vivir con esa activación y programación constante, es decir tenerle miedo al miedo.
Ahora debo dejar claro una cosa para evitar confusiones
o malos entendidos. La experiencia del miedo no es algo malo, es más, el miedo
forma parte de nuestro abanico de recursos de supervivencia. ¿Qué sería de
nuestra vida sin el miedo? El miedo es normal, pero el miedo necesita un
requisito fundamental: debe ser objetivo y más aun pasajero, porque la vida
sigue para todos y no se puede vivir paralizado todo el tiempo por el miedo. Pero
cuando este miedo no es pasajero, cuando este miedo se instala, cuando este
miedo no es objetivo y más aun se activa sin un activador aparente, ahí sí que
tenemos un problema y es un problema serio, porque puede controlar nuestra vida
o tomar posesión de ella.
Carlos, a su manera, es consciente de la evitación. El
ya no quería ir al trabajo, dejo de recoger a los niños del colegio, dejo de ir
al supermercado, temía tener una experiencia desagradable. Estas experiencias
se conocen como ataques de ansiedad con crisis de pánico, y el lugar donde el
experimentaba algo así era lugar que pasa a la lista de lugares a evitar.
Carlos tenía miedo a tener un ataque de pánico. Básicamente, temía tener un
ataque cardiaco, pues dentro de los síntomas mas difíciles de experimentar
estaba el incremento repentino de la frecuencia cardiaca, un ligero dolor en el
pecho, acompañado de dificultades para respirar, experimentaba que la cabeza le
daba vueltas, sentía temblor en las rodillas, sentía una gran desorientación y confusión,
estaba muy sobresaltado y definía la experiencia como horrible e intolerable.
Para poder entender la situación que experimenta y aqueja
a Carlos, es importante entender que el centro de todo esto se denomina ansiedad.
Carlós esta activando de manera subjetiva su instinto de lucha o huida, lo cual
no es malo, siempre y cuando sea activada de manera objetiva. Dejemos claro que
todos podemos experimentar ansiedad es normal, pero en casos como los de Carlos,
que ya no hablamos solo de ansiedad sino que estamos seguros que es un trastorno
de ansiedad con crisis de pánico, las características principales de esta
dificultad clínica es que sus vías de análisis cognitivo experimentan una hipersensibilidad,
y esto lo podemos entender desde la neuropsicología clínica. ¿Qué es lo que está
pasando en el cerebro de Carlos?, ¿Como está procesando la información? y ¿Qué
clase de procesos está experimentando? Carlos interpreta el mundo a través de
los sentidos, como todos nosotros. Es decir, responde a ellos por esa capacidad sensorial
que todo humano posee, entonces todo lo que puede escuchar, observar y sentir
del exterior es coordinado por la amígdala cerebral, la amígdala es la
estructura subcortical que se encarga de todo lo relacionado con las emociones
y los sentidos. Luego la amígdala se vincula con la parte pensante del cerebro,
que es la corteza pre frontal, la cual se activa y, a su vez, esta activa la célula
mas primitiva del cerebro provocando la respuesta de lucha o huida, que
desencadena en la ansiedad. En esta parte primitiva del cerebro específicamente
interviene el tronco encefálico, el cerebelo y el sistema reticular, componentes
del conocido cerebro reptiliano o también conocido como cerebro primitivo.
No debemos olvidar que estas zonas del cerebro
conforman las zonas más vitales de las funciones del cuerpo, como también las
funciones automáticas del organismo, como la respiración, los latidos del corazón,
la digestión y es por esto que Carlos experimenta los síntomas que comenta en
consulta.
Por todo lo explicado, Carlos, al tener un ataque de pánico
producto del incremento de su ansiedad, su ritmo cardiaco se incrementa, hay hiperventilación o se
corta su respiración y los músculos se contraen. El cerebro de Carlos ha interpretado los estímulos del
entorno como situaciones de peligro, envía más sangre a los brazos y piernas para preparar al cuerpo para la lucha eminente
o la huida y para eso el corazón debe trabajar más rápido y bombear sangre con más
eficacia, es por ello el incremento del ritmo cardiaco. A pesar de eso, como es
una interpretación subjetiva del cerebro, esto se entiende como ataque de ansiedad
con crisis de pánico, que también podríamos explicarlo como una mala interpretación
del cerebro del entorno, provocada por el trastorno de ansiedad que padece.
Es por todo este mal funcionamiento de sus procesos cognitivos
que Carlos sufre ataques de pánico o ansiedad y como lo que
predomina en este tipo de crisis es el miedo, se dan un sin número de distorsiones
cognitivas:!algo malo me pasara!,! voy a sufrir un infarto!,! Voy a morir!, El
10% de las personas que pasan por el
calvario de un ataque de ansiedad con crisis de pánico, esta se ve incrementada
por el miedo que experimentan las
personas por volver a tener un ataque de
pánico y el pensar cuando será la próxima vez (miedo anticipatorio). Es por
ello que desarrollan conductas de evitación que refuerzan el síntoma. Por
ejemplo, temen ir a lugares determinados y la solución mas viable seria evitar
ir a dichos lugares, es decir, usan la evitación con el objetivo de no activar
los síntomas desagradables de la ansiedad, pero a largo plazo esto solo hace
que el problema se agudice más y el miedo se intensifique.
Es lógico y entendible el grado de angustia que
proyecta Carlos. El dice que en esas situaciones tiene la necesidad de
agarrarse de algo, a veces quiere morder algo y es como si eso disminuyera de
alguna manera la ansiedad o le transmite un poco de seguridad. Es por ello que
puede llegar a sentir seguridad en lugares u objetos que él interpreta como
lugares seguros para él pero, fuera de eso, solo queda la ansiedad. También dice
que antes hacia muchas cosas en casa, pero ahora no lo hace porque las
actividades como limpiar o barrer lo agitan, claro por el mediano esfuerzo de
dichas actividades, pero en muchas ocasiones han sido desencadenantes de crisis
de ansiedad, pues como un aprendizaje condicionado ha logrado relacionar la
actividad con la crisis. Es decir, las respuestas fisiológicas del organismo
ante estas actividades tan normales en el día a día no deberían suponer un
problema, pero no es así, sino que generan una interpretación subjetiva y dan
como respuesta el pánico. Específicamente, Carlos habla que, al sentir su corazón
incrementar su ritmo cardiaco por la actividad, le activa la crisis de ansiedad,
donde uno de los síntomas más temidos son esas taquicardias súbitas.
Carlos debe
lograr entender que el, como organismo
cae en un ciclo inacabable. Por ejemplo,
el barre la cocina, eso genera que su ritmo cardiaco incremente, esto activa la
ruta de la amígdala, la que a su vez activa la ruta de la parte pensante del cerebro.
Es ahí donde es mal interpretado como el comienzo de un infarto, ante ellos
surge el miedo intenso, el ritmo cardiaco, por temor, incrementa aun mas y esto
da como resultado la crisis de ansiedad con ataque de pánico y es un circulo vicioso que
sigue y se repite constantemente.
Es por todo lo mencionado
que dentro de las estrategias que se
deben implementar para el abordaje psicológico en personas como Carlos, que
tienen estos padecimientos, sería lo que en psicología se denomina psico-educacion
sobre la enfermedad o trastorno. Es vital que Carlos sepa que su cuadro está
asociado a lo que conocemos como un desequilibrio químico en los neurotransmisores,
que son las sustancias que utilizan las neuronas para comunicarse entre sí. Este
proceso de comunicación se denomina sinapsis y es un proceso de neurona a neurona,
donde se transmite la información liberando grandes cantidades de neurotransmisores.
Entre ellos está la serotonina, que es el más fundamental en estos casos. La
serotonina es una sustancia que se relaciona de manera directa con los estados
de ánimo y cuando un organismo lo presenta en producciones muy bajas, se relaciona
directamente a los trastornos ansiosos y depresivos. Es por ello que pacientes
como Carlos no solo deben conocer el
cuadro sino ser consientes que estamos ante una deficiencia neurológica, por lo
que debe recibir asistencia médica a través de medicamentos, como por ejemplo,
los ansiolíticos, los que buscaran
incrementar los niveles de serotonina y así equilibrar el organismo.
En la mayoría de los casos, por excelencia es el médico
psiquiatra el que se encargara de estabilizar a la persona, a través de un
tratamiento farmacológico, el cual da
resultados de manera muy rápida y efectiva. Pero el problema es que no te deja
recursos propios para afrontar la ansiedad en situación donde pueda regresar o
se haga presente. Es por ello que el tratamiento debe ser multimodal, se debe
primero buscar encontrar un equilibrio
en la persona, y a la vez lograr estabilizar al paciente con el tratamiento médico,
luego será el tratamiento psicológico lo más importante por ahondar y Carlos deberá pasar por todo estos proceso clínicos.
Por otro lado, debemos entender que las emociones son
experiencias muy fuertes y también relativamente primitivas. Las emociones
estimulan el sistema límbico y pueden controlar incluso como pensamos. Es por
ello que es recomendable una intervención clínica y como profesional de la
salud me inclino mas al uso de la clínica y la neuropsicología clínica, pero cuando
hablamos de corrientes psicológicas dentro del proceso de intervención
terapéutica , es la terapia cognitiva conductual la que para mí como psicólogo,
ha mostrado tener mejores herramientas para este tipo de casos, pues en el poder
controlar nuestros pensamientos esta el poder controlar nuestra emociones y los síntomas físicos de la ansiedad. Es
importante ante padecimientos como este empezar hacer algo, no dejar que una
enfermedad como esta nos venza. Carlos ha dado un primer paso, ahora lo demás dependerá
del compromiso que haga con sí mismo. Todo es posible de superar, pero con determinación,
disciplina y compromiso.