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martes, 11 de abril de 2023

Trastorno de ansiedad y crisis de pánico

 

  


    En el mundo son muchas las personas que experimentan temores, quién en su vida no se pego un susto por alguna experiencia, pero imagínate que experimentes miedo intenso que se suscite sin un elemento activador aparente y, más aun, tener que vivir con esa activación y programación constante, es decir tenerle miedo al miedo.

    Ahora debo dejar claro una cosa para evitar confusiones o malos entendidos. La experiencia del miedo no es algo malo, es más, el miedo forma parte de nuestro abanico de recursos de supervivencia. ¿Qué sería de nuestra vida sin el miedo? El miedo es normal, pero el miedo necesita un requisito fundamental: debe ser objetivo y más aun pasajero, porque la vida sigue para todos y no se puede vivir paralizado todo el tiempo por el miedo. Pero cuando este miedo no es pasajero, cuando este miedo se instala, cuando este miedo no es objetivo y más aun se activa sin un activador aparente, ahí sí que tenemos un problema y es un problema serio, porque puede controlar nuestra vida o tomar posesión de ella.

    En las últimas semanas estuve atendiendo a un cliente y su caso se relaciona con la temática que abordo en este artículo. Carlos es un hombre de 40 años, casado, con dos hijos y un trabajo de oficina estable, tiene un buen matrimonio y un trabajo bien remunerado y, más aun, no pasa conflictos económicos. Sus hijos van bien en el colegio y no presentan problemas de conducta o algún otro que suscite en el alguna preocupación aparente. Sin embargo, en los últimos meses las cosas cambiaron para él, porque empezó a tener dificultades para salir de casa, tenía una angustia intensa y solo le pasaba  cuando llegaba a casa, en donde se sentía seguro. Las cosas fueron escalando mas y en muchas ocasiones empezó a experimentar mareos,  nauseas, palpitaciones, sentía que sus piernas se ponían rígidas, experimentaba una hipersensibilidad a los estímulos del entorno, en especial a los sonidos fuertes. Ante este panorama redujo su frecuencia de salidas y empezó a evitar muchos lugares a los que era muy frecuente, ir al trabajo era toda una odisea, pero aclara que al menos en este aspecto una vez dentro del local de trabajo se sentía más seguro, al menos algo bueno dentro de lo malo.

    Carlos, a su manera, es consciente de la evitación. El ya no quería ir al trabajo, dejo de recoger a los niños del colegio, dejo de ir al supermercado, temía tener una experiencia desagradable. Estas experiencias se conocen como ataques de ansiedad con crisis de pánico, y el lugar donde el experimentaba algo así era lugar que pasa a la lista de lugares a evitar. Carlos tenía miedo a tener un ataque de pánico. Básicamente, temía tener un ataque cardiaco, pues dentro de los síntomas mas difíciles de experimentar estaba el incremento repentino de la frecuencia cardiaca, un ligero dolor en el pecho, acompañado de dificultades para respirar, experimentaba que la cabeza le daba vueltas, sentía temblor en las rodillas, sentía una gran desorientación y confusión, estaba muy sobresaltado y definía la experiencia como horrible e intolerable.

    Para poder entender la situación que experimenta y aqueja a Carlos, es importante entender que el centro de todo esto se denomina ansiedad. Carlós esta activando de manera subjetiva su instinto de lucha o huida, lo cual no es malo, siempre y cuando sea activada de manera objetiva. Dejemos claro que todos podemos experimentar ansiedad es normal, pero en casos como los de Carlos, que ya no hablamos solo de ansiedad sino que estamos seguros que es un trastorno de ansiedad con crisis de pánico, las características principales de esta dificultad clínica es que sus vías de análisis cognitivo experimentan una hipersensibilidad, y esto lo podemos entender desde la neuropsicología clínica. ¿Qué es lo que está pasando en el cerebro de Carlos?, ¿Como está procesando la información? y ¿Qué clase de procesos está experimentando? Carlos interpreta el mundo a través de los sentidos, como todos nosotros. Es decir,  responde a ellos por esa capacidad sensorial que todo humano posee, entonces todo lo que puede escuchar, observar y sentir del exterior es coordinado por la amígdala cerebral, la amígdala es la estructura subcortical que se encarga de todo lo relacionado con las emociones y los sentidos. Luego la amígdala se vincula con la parte pensante del cerebro, que es la corteza pre frontal, la cual se activa y, a su vez, esta activa la célula mas primitiva del cerebro provocando la respuesta de lucha o huida, que desencadena en la ansiedad. En esta parte primitiva del cerebro específicamente interviene el tronco encefálico, el cerebelo y el sistema reticular, componentes del conocido cerebro reptiliano o también conocido como cerebro primitivo.

    No debemos olvidar que estas zonas del cerebro conforman las zonas más vitales de las funciones del cuerpo, como también las funciones automáticas del organismo, como la respiración, los latidos del corazón, la digestión y es por esto que Carlos experimenta los síntomas que comenta en consulta.

    Por todo lo explicado, Carlos, al tener un ataque de pánico producto del incremento de su ansiedad, su ritmo cardiaco  se incrementa, hay hiperventilación o se corta su respiración y los músculos se contraen. El cerebro  de Carlos ha interpretado los estímulos del entorno como situaciones de peligro, envía más sangre a los brazos y piernas  para preparar al cuerpo para la lucha eminente o la huida y para eso el corazón debe trabajar más rápido y bombear sangre con más eficacia, es por ello el incremento del ritmo cardiaco. A pesar de eso, como es una interpretación subjetiva del cerebro, esto se entiende como ataque de ansiedad con crisis de pánico, que también podríamos explicarlo como una mala interpretación del cerebro del entorno, provocada por el trastorno de ansiedad que padece.

    Es por todo este mal funcionamiento de sus procesos cognitivos que  Carlos sufre  ataques de pánico o ansiedad y como lo que predomina en este tipo de crisis es el miedo, se dan un sin número de distorsiones cognitivas:!algo malo me pasara!,! voy a sufrir un infarto!,! Voy a morir!, El 10% de las personas que  pasan por el calvario de un ataque de ansiedad con crisis de pánico, esta se ve incrementada  por el miedo que experimentan las personas por volver a tener  un ataque de pánico y el pensar cuando será la próxima vez (miedo anticipatorio). Es por ello que desarrollan conductas de evitación que refuerzan el síntoma. Por ejemplo, temen ir a lugares determinados y la solución mas viable seria evitar ir a dichos lugares, es decir, usan la evitación con el objetivo de no activar los síntomas desagradables de la ansiedad, pero a largo plazo esto solo hace que el problema se agudice más y el miedo se intensifique.

    Es lógico y entendible el grado de angustia que proyecta Carlos. El dice que en esas situaciones tiene la necesidad de agarrarse de algo, a veces quiere morder algo y es como si eso disminuyera de alguna manera la ansiedad o le transmite un poco de seguridad. Es por ello que puede llegar a sentir seguridad en lugares u objetos que él interpreta como lugares seguros para él pero, fuera de eso, solo queda la ansiedad. También dice que antes hacia muchas cosas en casa, pero ahora no lo hace porque las actividades como limpiar o barrer lo agitan, claro por el mediano esfuerzo de dichas actividades, pero en muchas ocasiones han sido desencadenantes de crisis de ansiedad, pues como un aprendizaje condicionado ha logrado relacionar la actividad con la crisis. Es decir, las respuestas fisiológicas del organismo ante estas actividades tan normales en el día a día no deberían suponer un problema, pero no es así, sino que generan una interpretación subjetiva y dan como respuesta el pánico. Específicamente, Carlos habla que, al sentir su corazón incrementar su ritmo cardiaco por la actividad, le activa la crisis de ansiedad, donde uno de los síntomas más temidos son esas taquicardias súbitas.

    Carlos  debe lograr  entender que el, como organismo cae en un ciclo inacabable.  Por ejemplo, el barre la cocina, eso genera que su ritmo cardiaco incremente, esto activa la ruta de la amígdala, la que a su vez activa la ruta de la parte pensante del cerebro. Es ahí donde es mal interpretado como el comienzo de un infarto, ante ellos surge el miedo intenso, el ritmo cardiaco, por temor, incrementa aun mas y esto da como resultado la crisis de ansiedad con  ataque de pánico y es un circulo vicioso que sigue y se repite constantemente.

    Es por todo  lo mencionado  que dentro de las estrategias que se deben implementar para el abordaje psicológico en personas como Carlos, que tienen estos padecimientos, sería lo que en psicología se denomina psico-educacion sobre la enfermedad o trastorno. Es vital que Carlos sepa que su cuadro está asociado a lo que conocemos como un desequilibrio químico en los neurotransmisores, que son las sustancias que utilizan las neuronas para comunicarse entre sí. Este proceso de comunicación se denomina sinapsis y es un proceso de neurona a neurona, donde se transmite la información liberando grandes cantidades de neurotransmisores. Entre ellos está la serotonina, que es el más fundamental en estos casos. La serotonina es una sustancia que se relaciona de manera directa con los estados de ánimo y cuando un organismo lo presenta en producciones muy bajas, se relaciona directamente a los trastornos ansiosos y depresivos. Es por ello que pacientes como Carlos  no solo deben conocer el cuadro sino ser consientes que estamos ante una deficiencia neurológica, por lo que debe recibir asistencia médica a través de medicamentos, como por ejemplo, los ansiolíticos, los que  buscaran incrementar los niveles de serotonina y así equilibrar el organismo.

    En la mayoría de los casos, por excelencia es el médico psiquiatra el que se encargara de estabilizar a la persona, a través de un tratamiento farmacológico, el cual  da resultados de manera muy rápida y efectiva. Pero el problema es que no te deja recursos propios para afrontar la ansiedad en situación donde pueda regresar o se haga presente. Es por ello que el tratamiento debe ser multimodal, se debe primero  buscar encontrar un equilibrio en la persona, y a la vez lograr estabilizar al paciente con el tratamiento médico, luego será el tratamiento psicológico lo más importante por ahondar y  Carlos deberá pasar por todo estos proceso clínicos.

    Por otro lado, debemos entender que las emociones son experiencias muy fuertes y también relativamente primitivas. Las emociones estimulan el sistema límbico y pueden controlar incluso como pensamos. Es por ello que es recomendable una intervención clínica y como profesional de la salud me inclino mas al uso de la clínica y la neuropsicología clínica, pero cuando hablamos de corrientes psicológicas dentro del proceso de intervención terapéutica , es la terapia cognitiva conductual la que para mí como psicólogo, ha mostrado tener mejores herramientas para este tipo de casos, pues en el poder controlar nuestros pensamientos esta el poder controlar nuestra emociones  y los síntomas físicos de la ansiedad. Es importante ante padecimientos como este empezar hacer algo, no dejar que una enfermedad como esta nos venza. Carlos ha dado un primer paso, ahora lo demás dependerá del compromiso que haga con sí mismo. Todo es posible de superar, pero con determinación, disciplina y compromiso.

jueves, 6 de abril de 2023

Vivir con depresión y ansiedad, es vivir o sobrevivir

 



Estamos viviendo en un mundo que, desde la observación practica, para muchos puede ser irreconocible. Muchas de las cosas que antes eran aceptadas, hoy ya no lo son, muchas de las reglas de vida y de conducción social que antes eran aceptadas hoy dejaron de serlo.

Existen quienes pueden adaptarse al cambio que esta sociedad nos demanda, están también a los que les cuesta hacerlo ,y están los que simplemente no pueden lidiar con este mundo tan diferente, tan diverso y tan desconocido para muchos y hostil para otros, esto genera una diversidad de respuestas emocionales en las personas.

Que el mundo y su gente experimenten cambios no es nada nuevo, pues el mundo cambia desde que el mundo es mundo, pero no estamos haciendo  una referencia solo al cambio de las percepciones ideológicas de la gente, si no de su progresividad social y de pensamiento.

Estos aspectos no solo muestran una aceleración en los pensamientos que imponen los sistemas sociales, si no en  la sensibilidad de los mismos.

Estamos viviendo en una sociedad sumamente susceptible a su entorno con todo lo que esto significa,  y por otro lado, esa susceptibilidad se acompaña de una intolerancia creciente que hace que la vinculación social sea cada vez más insostenible, convirtiéndonos en personas socialmente desvinculadas los unos de los otros, en donde parece que vivimos una vida solo al alcance de nuestra existencia, sin reconocer la existencia de los demás.

    Esto nos puede llevar a pasar inadvertida las necesidades de los otros, y mucho menos escuchar los pedidos de ayuda que están a nuestro alrededor, que si antes estaban ahí,  hoy cada día que pasa  sus voces se apagan mas, como resultado de la  indiferencia de una cultura del sí mismo, de esa individualización colectiva que tanto ser observa en el día a día de las personas.

Hace unos días, dentro de mi práctica profesional, una de mis clientes que recién llego a consulta, me manifestaba que dentro de sus muchas actividades diarias, están el salir a trabajar, recoger a su hijo del colegio y socializar con el entorno  que a ella le corresponde, lo cual es algo común si nos ponemos a pensar, nada inusual. Todos tenemos algo que hacer y actividades a las que dedicar nuestro tiempo y atención. El detalle es que estamos hablando de alguien con niveles elevados de ansiedad y un cuadro depresivo latente, lo que convierte su discurso de mi interés profesional, pues ella me comenta que últimamente siente mucha melancolía, tristeza y una pérdida del interés en las cosas que antes a ella le llamaban su atención. A su vez, esta situación genera en ella culpa, además que ha notado que se observa cansada y le es difícil concentrarse en las cosas que antes no le causaban mayor problema. Podemos observar que existe una selección focal por parte de ella para seleccionar sus problemas y sobre dimensionar su negatividad, lo que se alinea mucho a lo que definía como depresión el reconocido psicólogo Aaron Beck (1976). Esta marcada percepción de invasión de anhedonia en su vida, dado que esta desmotivación afecta como ella se relaciona con el mundo y más aun le lleva a tomar conciencia  que el rendimiento productivo que viene brindando se ve afectado por la persistencia no solo de esta desmotivación general, sino que también existe presencia de astenia en su organismo que puede notar en cada actividad que realiza, como si hubiera encontrado un buen huésped para hacer la mudanza e instalarse de manera permanente en ella, mas allá de los factores sintomáticos de carácter endógeno que ella puede manifestar y que la clínica de hoy puede definir como complicaciones biológicas y bajones de serotonina o noradrenalina, seamos serios esto esta mas allá de solo una percepción reactiva o exógena marcada por la naturaleza psicológica y social de la experiencia. Seria genial para ella si el malestar solo fuera desde el lado de su vereda, pero lo que más complica ya esta difícil experiencia es la postura del entorno. En primer lugar, manifiesta que lo que más le afecta es la indiferencia del entorno cuando ella se valora vulnerable y esto se agudiza mas si existe un vinculo cercano, pues si se percibe ignorada por los padres de familia con los que espera a su niño al salir del colegio, esto por ejemplo  la hace sentir sola y vulnerable, cuando alguien de su entorno cercano le dice que ella debe tratar de estar bien y ser fuerte, que todo depende de ella, es allí donde nos podemos detener un poco al análisis. A veces, estos consejos de farmacia que nos suelen dar nuestro conocidos son pesas a la cintura para que nos hundamos más en nuestra angustia. Es importante entender que no le podemos decir a alguien que experimenta una situación como esta:!Estas mal, pues trata de estar bien!, o !Estas triste, debes intentar estar feliz!, pues no solo que esos consejos no funcionan, sino que tampoco genera un cambio, es más, incrementan el sentimiento de vulnerabilidad, además que trasmiten un mensaje terrible, !No importas!, Es decir, solo estamos invisibilizando a la persona, aparte que le negamos y le cuestionamos su sentir, su dolor. Es como si personas externas supieras más de lo que pasa con ella y sus procesos introyectivos y le transmites el mensaje que eso que es tan importante para ella, no es importante para el mundo, y  en una situación en la que con mucha dificultad busca ayuda de alguien en quien confía, obtiene la respuesta más difícil de asimilar, que  está sola, como quien toca una puerta donde detrás no hay nadie. Lo importante no está en convertirnos en psicoterapeutas o en sentir que debemos darle una solución a su sufrimiento, puesto que no es lo que  se estaría pidiendo. Lo que una persona así busca de ti seria que la entiendas, que la acompañes y que valores su sufrimiento, que la aceptes con ello y puedas acompañarla en los siguientes pasos. Esto puede ser de manera cercana o no. Este cliente de la cual hago referencia, por ejemplo, me comento que muchas veces ha tenido situaciones en donde su ansiedad incremento tanto que le fue difícil manejarlo. La última vez,  fue en la calle. Sentía un cansancio tremendo, sentía que su corazón estaba muy tenso, sus piernas y sus brazos estaban adormecidos y rígidos, esto sumado al miedo irracional que sentía. Todo ello es lo que para muchos expertos puede suponer una crisis de ansiedad, pero, en su análisis del evento no fue la ansiedad lo que más le afecta, sino el sentirse sola y, más aun, el saber que a nadie le importa si ella está bien o mal, el verse entre las calles en un mal estado y que no podría encontrarse con la ayuda en los demás y, lo más terrible es que pudo notar y darse cuenta de lo sola que esta. No solo es la indiferencia del entorno sino la poca confianza que tiene una persona que padece un cuadro como este en buscar ayuda del mundo que le rodea, pues las personas nos hemos desensibilizado tanto que no vemos estos gritos de ayuda, una situación donde no se debería de esperar que se nos pidan asistencia, pero donde personas así nunca la encuentran. 300 millones de personas en el mundo sufren de depresión, lo cual presenta comorbilidad con la ansiedad y, en algunos casos, un trastorno de ansiedad, lo que indica que es una de las principales causas de discapacidad en el mundo. Es decir, de 6% de la población general, 1 de cada 5 personas que nacen tendrá depresión. Estamos hablando de una considerable población. En el mundo existen casi 7.888 miles de millones de personas y muchas de estas personas ignoran y no saben que es una cuadro depresivo y que es una crisis ansiosa. Si es verdad que de cinco personas que nacen, una tendrá depresión, otras cuatro no sabrán lo que es o, en el peor de los casos, no les importara. Es por ello que es importante una educación real sobre todo esto en las personas, pues por estadística es muy probable que tengas un familiar, un amigo o un conocido luchando solo esta batalla tan difícil.

    En definitivo, cuando nos referimos a cuadros depresivos y ansiogenos, son muchos los aspectos que se pueden referenciar, puesto que hablamos de cuadros que afectan la vida afectiva del individuo, la manera de cómo piensa una persona que presenta este cuadro. No olvidemos que sus procesos cognitivos son diferentes, en la mayoría de los casos irracionales, absolutistas y generando en ellos conductas de gran evitación que solo refuerzan mas la sintomatología, esto sin merecer especial atención a algún enfoque psicológico especifico.

    Una de las cosas que me manifiesta mi cliente es que de niña, esto sin que uno quiera hacer una topografía al pasado de la persona, es más, este testimonio responde al carácter espontaneo de la sesión, en fin, ella  manifiesta que de niña su madre la dejaba sola en casa con sus hermanos, en una casa muy grande, donde no había luz y donde, pese a estar con sus hermanos mayores, se sentía desprotegida y sumamente temerosa. Lo curioso es que, cuando le pregunte si al volver su madre eso terminaba, manifestaba que no del todo  y que sentía que su madre tampoco le garantizaba una compañía o un significado de protección. Es más, fue consultada si había alguien que la hiciera sentir segura y no tenía una sola figura que le brinde esa protección. En definitivo, los cuadros depresivos y ansiogenos tienen mucha bibliografía y su epistemología es muy amplia, pero es una constante no solo en este caso sino en muchos que ya he tenido en consulta, en donde las experiencias de rechazo y abandono emocional del niño dan como resultado un adulto herido, con una tendencia a la hiperdependencia afectiva en la pareja, con los amigos y con los hijos. A ello se suma una fuerte necesidad de aprobación, acompañado de una autoestima frágil, lo que se ajusta mucho a lo que ya manifestaba Bowlby (1983) en la teoría del apego. Es en ese sentido, que el adulto de hoy es el resultado y suma de sus experiencias de vida. Podemos decir que muchas de estas personas que experimentan estos cuadros y que presentan un gran sector de la población, responden a situaciones del entorno, a predisposiciones biológicas y a experiencias de vida en etapas tempranas y también a experiencias constantes. Si bien es cierto la necesidad fundamental es la intervención profesional, también es importante el abandono de la indiferencia selectiva y el fortalecimiento de una empatía colectiva común.

Mi cliente seguirá en consulta, es una persona valiosa para su familia y para mí, por ser su psicoterapeuta y más aún porque se dé su lucha. La pregunta es si conoces a alguien que sufre y que sea valioso para ti, si crees que existe ese alguien, como crees que lo vienes ayudando? A veces, ayudando a alguien me puedo ayudar más a mí mismo, puesto que el desprendimiento afectivo nos vuelve receptores de afectos sinceros. Esperemos que un día las cosas cambien para personas que tienen estas batallas, pero no la dejemos solas, puesto que, así como ellos luchan sus guerras internas, nosotros tenemos las propias y es bueno cuando no luchamos solos.

 


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